Todos para uno y uno para todos: Seguros para flotas de vehículos

Todos para uno y uno para todos: Seguros para flotas de vehículos

Simplificar y minimizar tiempo, esfuerzo y coste, siempre haciendo las cosas bien, es uno de los mantras de todo buen empresario. Este debe cuidar constantemente de tomar decisiones que permitan a su firma ser productiva, ofrecer el mejor servicio posible al cliente y generar beneficios, tratando de continuar durante el máximo tiempo que sea posible en el mercado.

El ramo de los seguros de empresa tiene su razón de ser en el apoyo a la directiva de cada compañía en ese objetivo final. ¿De qué manera? Proporcionándole no sólo una cobertura variada que le ofrezca soluciones y le aporte tranquilidad ante cualquier contratiempo, sino ayudándole a simplificar su trabajo permitiéndole ahorrar costes y ocupándose de tareas que le liberen para centrarse en otras áreas prioritarias.

En este último aspecto los seguros de flota, nuestros protagonistas del post de hoy, suponen un buen ejemplo del valor añadido que puede suponer para una empresa la contratación de una póliza del ramo. ¿De qué manera? Seguid leyendo.

 

¿En qué consisten?

Un seguro de flota permite unificar en una sola las pólizas correspondientes a los vehículos de una empresa. ¿Y cuántos vehículos precisan integrarse en ella para que se considere una flota? Responderemos a la gallega: depende del criterio que tenga cada compañía aseguradora: unas cifran el número en una decena, otras en una veintena… Hay que tener en cuenta también que -en líneas generales- cuantos más vehículos se integren en una póliza más sencillo será para el tomador la gestión de sus vehículos en este aspecto.  

Contratando un seguro de flota, por lo tanto, cada una de las unidades motoras de la compañía (no necesariamente coches) contaría con un seguro propio de vehículo, teniendo a su disposición las coberturas habituales del ramo que se hayan acordado entre el cliente y la aseguradora: daños propios, cristales… Por supuesto, es ineludible contratar la obligatoria cobertura de responsabilidad civil con el fin de cubrir los daños a terceros; pero, además, en función del sector en el que opere la empresa contratante y el tipo de trabajo que realice los vehículos asegurados pueden estar protegidos por alguna garantía específica de utilidad. Entre ellas se encuentran la de coche de sustitución, la de indemnización por paralización, las de robo o las que ayudan a asegurar la carga que se transporta.

 

Todo tipo de transportes

Otro factor a tener en cuenta, es la tipología especial de cada pieza, pues no es lo mismo asegurar un camión que un tractor o una excavadora. Esta obviedad nos sirve para dejar patente una realidad: casi cualquier tipo de medio de transporte que pertenezca a una empresa, sea cual sea su categoría o su función, puede asegurarse en una póliza colectiva. Y, además, en una misma flota es posible integrar a distintos tipos de vehículos, desde motos a coches pasando por camiones, furgonetas, maquinaria agrícola o maquinaria industrial.

De esa manera, las aseguradoras pueden brindar sus servicios a compañías muy diversas que precisen de utilizar vehículos para cualquier tipo de negocio: desde un restaurante que ofrezca comida a domicilio hasta una empresa que proporcione el servicio de chóferes; desde una firma que alquile coches para el rodaje de anuncios, series o películas a una de envío de mensajería urgente; desde una fábrica en la que se emplea maquinaria pesada a una plantación agrícola en la que se necesitan tractores y cosechadoras.

La elaboración de un producto de este tipo, que engloba los seguros de numerosos vehículos y además debe realizarse teniendo en cuenta las circunstancias de cada empresa, el sector en el que desempeña su labor profesional y sus demandas particulares, es un proceso costoso y complejo para las aseguradoras pues requiere de un estudio técnico personalizado. Sin embargo, y pese al alto coste que supone siempre la contratación de una póliza de este calado, a los clientes les sirve para simplificar su gestión de recursos y ganar no sólo en cobertura, sino en ahorro de tiempo y tareas administrativas y en comodidad.

En estos casos, contar con la ayuda de un mediador profesional de seguros es una muy buena idea para que adapte las necesidades de la empresa a las opciones de seguro, consiguiendo optimizar coberturas y precio de la forma más equilibrada posible.